El 14 de febrero de 2025 marca un punto de inflexión para la lucha contra la corrupción en Portugal. Con la entrada en vigor de la nueva normativa anticorrupción, todas las empresas con 50 o más empleados que operen en el país estarán obligadas a implementar medidas de compliance para prevenir y detectar prácticas ilícitas. Esta regulación tiene un impacto directo en las compañías españolas con presencia en Portugal, ya sea a través de filiales, sucursales o actividades comerciales.
El incumplimiento de esta normativa puede conllevar sanciones de hasta 45.000 euros, lo que resalta la importancia de adoptar un enfoque proactivo en la gestión de riesgos. Sin embargo, más allá de evitar multas, este nuevo marco legal representa una oportunidad para que las empresas refuercen su cultura ética, mejoren su gobernanza y fortalezcan la confianza de sus stakeholders.
Un nuevo escenario normativo: ¿Qué exige la ley?
El marco regulador portugués se alinea con las tendencias internacionales en materia de cumplimiento normativo y transparencia empresarial. La normativa establece que las empresas deben adoptar un programa de compliance robusto que incorpore los siguientes elementos esenciales:
Código de conducta: Documento que recoge los principios éticos, valores y normas de comportamiento que deben regir todas las operaciones de la empresa.
Plan de prevención de riesgos: Identificación y evaluación de los riesgos de corrupción a los que está expuesta la organización, junto con medidas para mitigarlos.
Formación en compliance: Programas de capacitación periódicos para empleados y directivos sobre la prevención de la corrupción y el cumplimiento normativo.
Canal de denuncias: Implementación de un sistema seguro, accesible y confidencial para la notificación de irregularidades, garantizando la protección de los denunciantes.
Compliance Officer: Designación de una persona o equipo responsable de supervisar la implementación del programa de compliance y asegurar su eficacia.
Impacto en las empresas españolas que operan en Portugal
Para las empresas españolas con actividades en Portugal, esta nueva regulación implica una serie de desafíos y responsabilidades. No se trata únicamente de cumplir con un nuevo marco legal, sino de asegurar que sus operaciones en el país vecino se alineen con los estándares éticos exigidos por la normativa.
Las organizaciones deben revisar sus estructuras de gobierno corporativo y adaptar sus procedimientos internos para garantizar el cumplimiento de las nuevas exigencias. En particular, las empresas con filiales o sucursales en Portugal deberán coordinar esfuerzos entre sus sedes en España y su equipo en territorio portugués, asegurando que el programa de compliance se implemente de manera uniforme y efectiva.
Además, el impacto de esta normativa no se limita a las grandes empresas. Aquellas compañías españolas que trabajen con proveedores o socios comerciales en Portugal también deberán asegurarse de que estos cumplen con los estándares de integridad y transparencia exigidos por la ley. De lo contrario, podrían verse involucradas en investigaciones y sanciones por prácticas irregulares dentro de su cadena de suministro.
De la obligación a la oportunidad: El valor del compliance
Si bien el cumplimiento de esta normativa es un imperativo legal, las empresas que lo adopten como una ventaja estratégica podrán obtener beneficios a largo plazo. Un programa de compliance bien diseñado y ejecutado puede aportar valor en múltiples aspectos:
Mejora de la reputación corporativa: Demostrar un compromiso real con la ética y la transparencia refuerza la confianza de clientes, inversores y empleados.
Reducción del riesgo legal y financiero: Implementar controles efectivos permite identificar y mitigar riesgos antes de que se conviertan en problemas graves.
Cultura organizacional más ética: Promover valores de integridad dentro de la empresa fomenta un ambiente de trabajo más sólido y sostenible.
Mayor atractivo para inversores y socios comerciales: En un mercado cada vez más exigente, las empresas con políticas de compliance bien definidas se perciben como opciones más seguras y confiables.
Facilidad de expansión internacional: Adoptar un enfoque de cumplimiento normativo riguroso facilita la entrada a otros mercados donde las exigencias en materia de compliance son cada vez mayores.
Cómo prepararse para el nuevo marco regulador
Para garantizar el cumplimiento de la normativa portuguesa, las empresas deben actuar con anticipación y de manera estructurada. Los pasos clave para una implementación efectiva incluyen:
Realizar un diagnóstico inicial: Evaluar el estado actual del cumplimiento normativo dentro de la empresa y detectar posibles brechas con respecto a la nueva normativa.
Diseñar un programa de compliance a medida: Adaptar las políticas y procedimientos internos a los requisitos exigidos por la legislación portuguesa.
Capacitar a los empleados: Asegurar que todos los niveles de la organización comprendan la importancia del compliance y sepan cómo aplicarlo en su trabajo diario.
Implementar un canal de denuncias seguro: Garantizar que los empleados y otras partes interesadas puedan reportar irregularidades sin temor a represalias.
Nombrar un responsable de cumplimiento: Designar a una persona o equipo que supervise la implementación y evolución del programa de compliance.
Monitorizar y actualizar las medidas de compliance: Realizar auditorías periódicas para evaluar la efectividad del programa y ajustarlo según las necesidades del negocio y posibles cambios regulatorios.
Conclusión: ¿Está tu empresa preparada?
El nuevo marco normativo en Portugal no solo exige cumplimiento, sino que también brinda una oportunidad para fortalecer la gobernanza empresarial y mejorar la competitividad en un entorno de negocios cada vez más exigente.
Las empresas españolas con operaciones en Portugal deben actuar con rapidez para adaptar sus procesos y asegurar que cumplen con las nuevas exigencias. Aquellas que vean el compliance no solo como una obligación, sino como una herramienta estratégica para la sostenibilidad y el crecimiento, estarán mejor posicionadas para enfrentar los desafíos del futuro.
Ahora es el momento de actuar. ¿Está tu empresa preparada para este nuevo desafío?

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